Los primeros escogidos


En el contexto de un encuentro de indígenas en Guadalajara del 2002, Karai Miri, Líder Mbya Mborayu Porá, Guaraní de Paraguay, compartía con los distintos presentes sus mensajes. Había recorrido 200 kilómetros a pie descalzo en la selva para llegar al asfalto en Asunción y luego volar a México.


Fotografía: João Ripper/ © Survival International


Recorrimos casi 200 kilómetros a pie antes de salir hasta el primer asfalto y buscar el primer ómnibus hasta la capital y así pasar todo lo que han pasado seguramente todos los otros compañeros; pero necesitábamos entender y sentir que no estamos solos, que ustedes están con nosotros y también de alguna manera decirles que nosotros estamos con ustedes, que en algún lugar del mundo, que en algún lugar de América existe gente como ustedes, que cree que existen otras formas de pensar, otras formas de sentir, otras formas de vivir tan valiosas.

Estamos muy felices a pesar del cansancio y pensamos que si ustedes se encuentran hoy aquí, es porque Nuestro Padre Ñamandú, la deidad solar que creó la tierra, así lo dispuso. No importa que tengamos sonidos diferentes, ya que tenemos el mismo espíritu y no habrá problemas ni barreras para compartir y por eso les decimos argubyerete (se), que quiere decir “estamos con ustedes”, “compartimos con ustedes”.

Nosotros siempre soñamos que un día nos encontraríamos con los líderes de otros pueblos porque sus abuelos ya lo hacían, y nos arriesgamos a venir hasta acá dejando nuestras comunidades y familias.

No sabemos nada de la lengua de ustedes, sabemos algunas palabras como “hermano” y “reunión” que siempre escuchamos, pero mas allá de eso no lo sabemos expresar, sin embargo ustedes tienen oídos y pueden entender los sones.

Ñamandú nos dio puambu: pu es pie y ambu es fuerza, energía, vida. Ñamandú le dio fuerza vital a nuestros pies e iluminó nuestro camino para poder llegarnos hasta ustedes, de lo contrario no estaríamos aquí. Nosotros somos ignorantes del mundo de ustedes, no sabemos leer ni escribir, pero eso no es culpa suya, eso es así porque ya los españoles nos negaron la posibilidad de compartir con ustedes sus sones. Aún así nosotros creemos tener sentimientos comunes que no necesitan lenguajes explícitos para que podamos comprender.


Traducción por Sara Benítez. Extracto del libro La Palabra de los Ancianos, editado por la Unidad de Apoyo a las Comunidades Indígenas UACI, Universidad de Guadalajara, México. Descargar libro completo haciendo click aquí.

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