"...es medicina"



"Les envío a todos y cada uno de ustedes mi más caluroso saludo desde lo profundo de mis 31 años en las entrañas de la Bestia.

Como saben, soy un antiguo miembro del Partido Panteras Negras original, y aunque los funcionarios del gobierno afirman que no hay presos políticos en las cárceles de este país, simplemente eso no es cierto. Habiendo cumplido ya más de tres décadas continuas preso en una cárcel federal, soy uno de los presos políticos más antiguos en los Estados Unidos de América. Hay un gran número de nosotros dispersos en todo el país, pero esa es una historia muy larga.

Imagínate la siguiente situación… si te atreves:

Después que te han negado la libertad condicional durante 30 años, a pesar de que has tenido una conducta ejemplar durante más de 20 años y hace tiempo ya que cumpliste con todos los requisitos para ser puesto en libertad bajo palabra, por fin se aproxima la fecha de tu liberación obligatoria. Hoy es 7 de abril de 2004, todo está listo ya.

Tu hija, que tenía 5 años de edad cuando te llevaron preso y ahora tiene 36, te ha enviado un fino traje de moda y primerísima calidad que esté a la altura de tu “reencuentro amoroso con la libertad”. Ella, junto con tres de tus hermanas, vino desde el otro lado del país para estar allí, para recogerte a la puerta de la cárcel. De hecho, habrá toda una comitiva de amigos queridos y bien intencionados que estarán frente a la prisión, planeando reunirse todos en casa de un amigo, a una hora de camino en su nuevo Cadillac rojo.

Se ha planificado una gran celebración: una gran comida al aire libre donde tu madrina ha cocinado langostinos a la parrilla en salsa picante y pastel de queso con fresa hecho en casa. Otro amigo, de Tonga, en consonancia con sus tradiciones culturales, ha horneado varios lechones bajo tierra. Otros amigos van a traer toda clase de alimentos.

Habrá una banda tocando jazz y blues en vivo, una piscina, y muchas otras cosas. En una palabra, una gran cantidad de personas generosas han hecho un gran esfuerzo, por no mencionar los gastos, para darte la bienvenida a tu nuevo mundo feliz alejado de los muros de la prisión que te han mantenido aislado durante tanto tiempo. Están allí para darte la bienvenida con su amor y su apoyo incondicionales.

En el interior de la cárcel los amigos han hecho una reunión para celebrar tu vuelta a casa, con mucha comida y mucha música, una reunión muy cálida y llena de emoción, de risas y conversaciones con los ojos llorosos. Todos se han reunido para desearte lo mejor y una vida nueva y próspera.

Has regalado todas tus pertenencias a tus amigos: reloj, despertador, sudaderas, shorts y zapatos de correr, pelotas de frontón, cinturón para levantar pesas, ropa y zapatos para recibir visita, artículos del comisariato, poncho para la lluvia y un abrigo de invierno. Lo único que has conservado es tu flauta de plata shakuhachi de Taipei y algunos libros.

Has usado los 300 minutos mensuales asignados para llamadas telefónicas porque después del 6 de abril ya no los necesitarás más. Has hecho rondas por las celdas, estrechándoles las manos y abrazando a tantos hombres que probablemente nunca volverás a ver. Incluso has tratado de decir palabras de aliento y esperanza a jóvenes y a viejos por igual, a quienes vas a dejar en situaciones desesperadas y desesperanzadas.

Sí, cada vez está más cerca el momento cuando dejarás el mundo de concreto y acero, de alambre de púas y torres de vigilancia, la tierra de los muertos vivientes, y estás muy feliz y muy triste al mismo tiempo.

Ya has hecho la última “cosa oficial” que estabas obligado a hacer. Se requiere que el día anterior a su efectiva puesta en libertad, todos los presos deben hacer la “visita feliz”, es decir, hay que presentarse ante cada uno de los jefes a buscar un formulario de registro de salida firmado por ellos, lo que significa que no tienes ninguna obligación con ese departamento. Todo está listo y preparado para tu salida.

Después de hacer todo eso, estás sentado afuera en el temazcal con tus dos mejores amigos, disfrutando en SILENCIO de la compañía mutua. Un fuerte anuncio por el altavoz ordenándote “presentarte inmediatamente a tu unidad” rompe ese momento de paz. Sabes que algo no está bien. Tu sexto sentido –quizás incluso un séptimo sentido– te permite conocer de inmediato “lo oculto”.

Al entrar en la oficina del consejero, sabes lo que está a punto de decir, incluso antes de que lo diga. Así que te concentras en lo que te ha sostenido y siempre te ha ayudado a superar los momentos más difíciles; te ayudó a salir con bien cuando el filo de los cuchillos acuchillaban tus carnes, cuando las balas cruzaban el aire tratando de morder tu cuerpo, cuando te enteraste de la muerte de tu querida madre y los funcionarios no te permitieron asistir a su funeral a pesar de que faltaban sólo siete meses para la fecha de tu liberación obligatoria. Sí, y respirar profundo cada vez.

“No te irás mañana”.

Ya sabías eso, pero no sabías por qué, así que respiras profundo, una inspiración profunda, dos inspiraciones profundas. Un extraño silencio llena la habitación, y puesto que es bastante obvio que se espera que tengas algún tipo de reacción, sólo sigues concentrándote en la respiración. “¿Por qué?”

“Bueno, todo lo que sabemos es que la Comisión Nacional de Libertad Condicional llamó a la institución y ordenó que no seas liberado mañana. El director está muy preocupado y ha estado en contacto telefónico con ellos todo el día tratando de averiguar la razón”.

¡Así de sencillo! Una simple llamada telefónica de un Comisionado Nacional en Chevy Chase, Maryland, y todos tus planes para tu “reencuentro amoroso con la libertad” quedan cancelados, borrados, anulados hasta nuevo aviso.

¿Cómo te sientes? ¡Yo también!

Desde ese día terrible, con la ayuda de algunos amigos aquí, he redactado un escrito bastante bueno para una Petición Urgente por Detención Ilícita después del 7 de abril 2004, fecha de su Puesta en Libertad Obligatoria por Ley de conformidad con la Sección 4206 (d) del Título 18 del Código de los Estados Unidos [18 U.S.C. 4206 (d)].

He tratado de lograr que el prestigioso bufete de abogados de Willie E. Gary tome mi caso, pero hasta la fecha no sé si lo hará.

El 2 de mayo me reuní en la sala de visitas con la abogada Gilda Sherrod-Ali, de Washington, DC, y le mostré el escrito de mi petición 2241. Lo discutimos en detalle y acordamos que lo presentaría en el Tribunal de Distrito de Ocala, Florida, EE.UU. Lo presentará ante el juez Hodges, el mismo juez que rechazó mi última acción contra de la Comisión de Libertad Condicional. Mi situación ahora es que estoy retenido ILEGALMENTE en prisión desde la fecha de mi puesta en libertad obligatoria por ley, el 7 de abril de 2004.

Así que eso es todo desde este lado del infierno, amigos míos. Quiero agradecerles con todo mi corazón, todo el amor, el interés y el apoyo que me han dado.

Sé que en el pasado nunca dudaron cuando hicimos llamados pidiendo contribuciones financieras para pagar los honorarios de abogados. Tengo que pedir de nuevo. Habrá una ronda más y por desgracia no hay muchos abogados por aquí como en los años 60. Así que por favor, cualquier contribución que puedan hacer para el fondo de mi defensa legal será muy apreciada.

Sigo firme y esperando un futuro mejor para todos nosotros."


Autor: Veronza Bowers
Traducido por Manuel Cedeño Berrueta

Desde que escribió esta carta hace cinco años, Veronza Bowers sigue preso

Más información sobre Veronza Bowers aquí.

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